El retablo del Santo Ecce Homo o del Nombre de Jesús fue construido por Melchor del Río en 1696 y dorado por Toribio García y Lucas de la Concha en 1698. Mantiene una clara disposición prechurrigueresca.
El Santo Ecce Homo ocupa el lugar central y una imagen de San Francisco de Asís cierra el retablo. Estas dos imágenes y los cuatro ángeles que decoran el retablo son obra de Manuel Herrero, natural de Burgos. Los hizo en 1698.
La imagen del Ecce Homo destaca por su realismo y su acertada expresión. Es una síntesis de las características de la imaginería barroca de la escuela castellana del siglo XVI.
En el pedestal del retablo hay tres nichos con esculturas enviadas desde Madrid por don Francisco de Villaveta.
El del centro lo ocupaba una imagen metida en una urna de Nuestra Señora de los Remedios y un Niño Jesús. En los nichos laterales están Santo Toribio de Mogrovejo que como don Francisco de Villaveta fue colegial del colegio de Oviedo en Salamanca y San Francisco de Asís.
Este retablo lo sufragó íntegramente don Francisco de Villaveta por lo que se le permitió colocar su escudo de armas en el remate del retablo.
El del centro lo ocupaba una imagen metida en una urna de Nuestra Señora de los Remedios y un Niño Jesús. En los nichos laterales están Santo Toribio de Mogrovejo que como don Francisco de Villaveta fue colegial del colegio de Oviedo en Salamanca y San Francisco de Asís.
Este retablo lo sufragó íntegramente don Francisco de Villaveta por lo que se le permitió colocar su escudo de armas en el remate del retablo.
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